A las pulgas, las garrapatas, los mosquitos y los flebótomos les encanta alimentarse de nuestros amigos caninos. Pero las picaduras de insectos no sólo causan dolor, picazón o inflamación sino también pueden causarles serias enfermedades. ¿Entonces cuáles son los riesgos y qué puedes hacer mejor para proteger a tu mascota?
La leishmaniosis, la dirofilariosis, y la babesiosis, son solo algunas de las enfermedades graves y a veces mortales que pueden ser transmitidas por parásitos externos. Algunos parásitos son portadores de bacterias, virus o gusanos, que pueden infectar a tu perro con tan sólo una picadura. Tomemos como ejemplo el temido gusano del corazón. Sólo una picadura de un mosquito infectado puede transmitir una larva de gusano. Esta crecerá lentamente y se moverá al corazón del perro, donde restringirá drásticamente el funcionamiento normal.
Los flebotomos son pequeños insectos voladores que pueden transmitir la leishmaniosis. Esta enfermedad es grave y puede atacar los órganos internos de tu perro (hígado, ganglios linfáticos, riñones, etc).
Y las garrapatas pueden ser igual de peligrosas. Con el aumento del calentamiento global, se están extendiendo a más regiones y países y se mantienen activas durante más tiempo, incluso en invierno.
Los perros son imanes naturales para las garrapatas. Las garrapatas se esconden en el pasto antes de engancharse en el primer mamífero que se cruza y ponerse cómodo en un área propicia (muslo interno, ingle, axila, anca). Una vez allí, se alimenta y abastece de sangre nutritiva. Es durante esta comida que la garrapata transmite enfermedades.
Por ejemplo, la babesiosis, también llamada piroplasmosis, destruye los glóbulos rojos del perro. Esto puede conducir a complicaciones graves, como anemia o intoxicación hepática y renal.
Las garrapatas pueden ser portadoras de la enfermedad de Lyme. Al principio, una mancha roja es la única indicación de su picadura. Esto es fácil de detectar en la piel clara pero mucho más difícil en la piel oscura que a menudo cubre a nuestros amigos caninos. Varias semanas o meses después, tu perro puede mostrar signos de cojera, letargo o problemas del sistema nervioso y cardíacos. La enfermedad de Lyme se está volviendo cada vez más peligrosa a medida que se propaga año a año, e incluso puede transmitirse a los humanos.
También hay que estar atentos a las pulgas. Muchos perros desarrollan alergia a sus picaduras, lo que puede provocar enrojecimiento, pérdida de pelo, picazón y otros problemas de la piel.
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