¿Qué es la leishmaniosis y cómo prevenirla?

La leishmaniosis es una enfermedad no contagiosa causada por parásitos del género Leishmania que afecta principalmente a los perros y que se transmite por la picadura de un pequeño parásito llamado flebotomo.

Se trata de una infección crónica que requiere controles veterinarios periódicos para controlar la evolución de la enfermedad. Los tratamientos mejoran los signos clínicos y evitan las recaídas, pero no eliminan totalmente el parásito. Por ello, la mejor arma para hacer frente a esta enfermedad es evitar la picadura del flebotomo.

En esta entrada repasaremos las claves para entender cómo se transmite esta enfermedad y veremos qué está en tu mano para proteger a tu mascota.

Transmisión y signos clínicos 

La enfermedad puede afectar a varias especies de carnívoros. La más importante es el perro, pero también afecta a gatos y humanos, aunque en menor medida. De hecho, la leishmaniosis humana es una de las enfermedades parasitarias más importantes a nivel mundial después de la malaria. 

En Europa es especialmente prevalente en la cuenca mediterránea, aunque debido al cambio climático, cada vez es más frecuente diagnosticarla en zonas más al norte, tanto en perros como en personas. 

La leishmaniosis se transmite únicamente por la picadura de un flebótomo infectado, es decir, no es posible la transmisión entre dos perros, un perro y un gato o un perro y su cuidador.

Los flebótomos se infectan al ingerir el parásito cuando pican a un animal infectado. Solo pican las hembras adultas. Se ven atraídas por la luz, el calor y el dióxido de carbono que expulsamos al respirar. Suelen volar cerca del suelo, a un metro de altura como mucho, y están más activas al amanecer y al anochecer, aunque en sitios oscuros pueden volar durante todo el día (por ejemplo, dentro de un cobertizo). Una sola picadura basta para infectar a tu mascota, por lo que la prevención es esencial. Una vez infectado, el periodo de incubación de la enfermedad varía entre los 3 meses hasta varios años, y depende de la respuesta inmune de cada animal.

Cuándo un flebótomo pica a un perro y le transmite la leishmaniosis pueden pasar que desarrolle o no la enfermedad en función de su respuesta inmunitaria. Además, no todos los perros infectados presentan signos clínicos, de ahí la importancia de realizar controles y monitorización en el centro veterinario.   

Es vital diagnosticar a estos perros que tienen el parásito pero no muestran síntomas ya que  pueden ser igualmente una fuente de infección para otros animales si un flebótomo les pica.  

Algunos perros infectados pueden mostrar signos clínicos, a continuación os ponemos una lista de los más frecuentes

  • Lesiones en la piel: dermatitis, heridas en las zonas de apoyo, crecimiento exagerado de las uñas, úlceras…
  • Mal estado general: pérdida de peso, atrofia muscular, debilidad, cojeras, hemorragias nasales…
  • Lesiones oculares bilaterales: conjuntivitis
  • Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos
  • Problemas renales en fases más avanzadas

Lo que está claro es que cuanto antes se diagnostique la enfermedad, mejor se podrá controlar su evolución y menos influirá en la calidad de vida de nuestra mascota. 

Su pronóstico varía de bueno a grave en función de las alteraciones de los órganos y las pruebas diagnósticas. El diagnóstico precoz y el seguimiento veterinario adecuado es clave para tratar de conseguir un buen control  y que nuestra mascota tenga una buena calidad de vida en algunos casos, incluso durante varios años. 

 

Vectra_Propietario con su mascota al aire libre 01-min

La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria transmitida por un pequeño parásito llamado flebotomo.

 

Factores de riesgo y cambio climático

 

Se ha visto que existen ciertos factores que aumentan el riesgo de padecer leishmaniosis en los perros.

La edad influye: la mayor parte de los casos se diagnostican antes de los 3 años o después de los 8. Las situaciones de estrés y la presencia de otras enfermedades influyen en la progresión de la enfermedad en un perro infectado. El tipo de respuesta inmunitaria de cada animal es clave para que el desarrollo de la infección sea más o menos rápido y grave.

Evidentemente, los perros que vivan en zonas rurales y que duerman fuera estarán más expuestos a la picadura de flebotomos y, por tanto, tendrán más probabilidades de resultar infectados.

El aumento de las temperaturas también está provocando que el área de influencia de los flebotomos sea cada vez mayor y que se mantengan activos durante más meses al año. Si antes estaban activos entre principios de junio y finales de octubre en el hemisferio norte, ahora pueden estar activos de abril a diciembre. Y donde hay más flebotomos, hay más casos de leishmaniosis.

 

Control y prevención

Para prevenir esta enfermedad es esencial, por una parte, reducir al mínimo la población de flebotomos y, por otra, evitar que estos entren en contacto con nuestro perro.

Los flebotomos, a diferencia de los mosquitos comunes, ponen los huevos en la tierra. Necesitan zonas con humedad y abundante materia orgánica en descomposición para criar (hojas secas, madera muerta, etc.), por lo que será más fácil encontrarlos en jardines, madrigueras de roedores o conejos, gallineros, papeleras en entornos urbanos, etc.

 

El riesgo de contagio es mayor en zonas rurales y periurbanas, durante la estación cálida y al amanecer o anochecer.

El riesgo de contagio es mayor en zonas rurales y periurbanas, durante la estación cálida y al amanecer o anochecer.

 

Se recomienda el uso mensual de repelentes tópicos eficaces frente a flebotomos como VECTRA® 3D durante la época de actividad del vector tanto en perros sanos como infectados para evitar sus picaduras. Es muy importante que la aplicación y la frecuencia de administración sean las adecuadas para garantizar la eficacia. También existen vacunas para estimular la inmunidad que pueden usarse como complemento.

Además, deberemos evitar las situaciones de riesgo para reducir el riesgo de infección. En ese sentido, si viajamos con nuestro perro a un área endémica (con alta presencia de leishmaniosis) es importante comentarlo con nuestro veterinario para que nos indique que medidas de  prevención debemos seguir. Además, si nuestro perro está infectado no se recomienda viajar a zonas no endémicas que estén libres de enfermedad.

 

Consulta siempre a tu veterinario las pautas a seguir para prevenir esta enfermedad, especialmente si vives en zonas de riesgo o piensas viajar a una zona endémica de leishmaniosis.